El autocontrol es una fortaleza básica e indispensable para desarrollar
todas las demás fortalezas.
El
autocontrol es la capacidad
para regular los propios sentimientos y
acciones: ser disciplinado, controlar impulsos y emociones y no que estos
nos controlen a nosotros. Se refiere a la capacidad de gestionar la propia
vida, actuando de manera autónoma, sin que nos manejen las circunstancias
externas o factores internos no
conscientes.
Para trabajar esta fortaleza, vamos a considerar su relación directa con otros ámbitos de intervención en los que ya estamos trabajando o en los que vamos a trabajar durante este curso:
Para trabajar esta fortaleza, vamos a considerar su relación directa con otros ámbitos de intervención en los que ya estamos trabajando o en los que vamos a trabajar durante este curso:
-
LA
ATENCIÓN PLENA, un elemento fundamental que puede constituir el núcleo central
del autocontrol. Seguiremos, por tanto,
con ejercicios prácticos para continuar desarrollándola.
-
EL
CONTROL DE EMOCIONES E IMPULSOS: Estos
son algunos de los aspectos en los que queremos aprender a ejercer autocontrol:
ira, violencia, comportamientos de
riesgo…
* Las
emociones positivas excesivas: por ejemplo la
euforia…
* La
capacidad de demorar la necesidad de satisfacción
inmediata.
* La
tolerancia a la frustración.
* La
resistencia a tentaciones…
Cuando trabajamos la Inteligencia Social abordamos
también actividades muy relacionadas con el autocontrol, para tomar conciencia
de las motivaciones y sentimientos propios y de los demás, para saber
comportarnos en las diferentes situaciones sociales o para desarrollar empatía.
Para seleccionar las actividades de trabajo de esta fortaleza, nos inspiramos en las propuestas de Aulas Felices y Cultivando Emociones. Estas son algunas de esas actividades:
Para seleccionar las actividades de trabajo de esta fortaleza, nos inspiramos en las propuestas de Aulas Felices y Cultivando Emociones. Estas son algunas de esas actividades:
-
¡Tengo
que esperar! (Educación Infantil)
-
¡Paciencia! (Educación Infantil y primaria)
-
Cada
cosa a su tiempo.
(Infantil y primaria)
-
Contar
hasta 10 (Primaria)
-
Librarse
de la ira. (Infantil y
primaria)
-
Y
hago… ¡booooommmmmm! (Primaria)
-
Esperar
es mejor. (Primaria)
-
Necesito
mejorar (Infantil y
primaria)
-
El
rincón de la paz (Infantil y primaria)
-
¿Qué
harías tú? (Infantil y primaria)
- Las nubes y los soles de nuestra vida. (Infantil y Primaria)
- Mi tortuga Lola (infantil)
- Las nubes y los soles de nuestra vida. (Infantil y Primaria)
- Mi tortuga Lola (infantil)
Algunos
consejos y recomendaciones a los padres, para que puedan ayudar a sus hijos a
mejorar su autocontrol:
·
Actuar
como un buen modelo de conducta: la forma en que los padres reaccionemos al estrés, a distintas
emociones, frustraciones, influirá de forma decisiva en cómo lo hará el niño.
·
Valorar
más el esfuerzo:
si el niño cree que con su esfuerzo puede cambiar las cosas y que no es una
cuestión de talento, intentará mejorar. Por eso, en vez de decirle que es muy
listo por sacar buenas notas, es mejor elogiar lo que hace por obtenerlas.
·
Transmitirles
que los errores son una oportunidad para aprender y que son inevitables y una parte de nuestra
vida.
·
Fomentar
en los niños el sentido de la autonomía y de la responsabilidad. Es interesante que los niños vayan tomando
sus decisiones y vayan viendo que éstas
tienen sus consecuencias.
·
Tratar
de mantener el estrés a un nivel bajo, durante el embarazo y los primeros años del niño.
El autocontrol es y va a ser una capacidad decisiva en
el futuro (y presente) de nuestros hijos, por lo que parce fundamental que nos
esforcemos por trabajarla con y junto a ellos.
¿Qué diferencia hay entre controlarse y
reprimirse?
Cuando reprimimos una emoción, ello nos
genera más frustración todavía, hasta que acaba explotando y causando mucho más
dolor en sí mismo y en los demás.
El control no tiene que ver con negar la
situación, eliminarla o mantenerse rígido.
Vendría a ser como montar un caballo: el caballo puede ir al paso, al
trote o al galope, pero es muy complicado ir sobre un caballo desbocado. Las emociones serían el caballo, y nuestra
tarea, aprender a montarlo al paso, al trote o al galope… Es importante saber
qué nos desboca… y para fortalecer nuestro talento de controlar una emoción, es
importante saber reconocer qué nos está diciendo en realidad esa emoción, qué
mensaje nos quiere comunicar. Una vez comprendido, podremos reconocerlo cuando
se nos presente y darle una expresión más digna a la emoción que sentimos…
Exteriormente puede parecer que estamos haciendo lo mismo que cuando nos reprimimos,
pero en nuestro interior habrá mucha más paz y no un vaso que lentamente se
llena hasta rebosar y provocar una inundación desastrosa. Cuando desarrollamos el autocontrol
aprendemos que la libertad personal deviene de una mayor autorregulación y no al revés. Y comprobamos que es, además, la llave para el
crecimiento y desarrollo de las propias potencialidades y capacidades para
lograr una vida plena.